martes

Santa Celeste de la Entrega

Quieta…dejando que retazos de ambiente fresco flagelen sus fibras. Ojos que marcan la partida de dos oscuros túneles que vistos desde afuera su infinita y oculta dimensión enternece a la vez que irrita. Pero regresemos…Ideas, caras, situaciones, letras, agua, sal, nombres, miradas y sueños; todo como papeles arrugados y amontonados, con la personalidad del caos que enmudece ante el contorno de su cabeza, respetando la silueta desmayada y resignada a la gravedad. Ya está acostumbrada al intercambio de microbios entre ambiente y organismo… Ya está acostumbrada a sentir la sangre persiguiendo al tiempo por todo su cuerpo…Perdida en la confusión de sentimientos empozados en su propia mirada y cargando una historia, un espectro que nada tiene en común con lo que sus padres cuentan…Dominada por una ansiedad camuflada de estática pasión... Silencio…Cualquier superficie es buena para engañarle al cerebro que está encima de algo más lleno de nada que ella misma…Silencio…Los puños dejaron de apretarse desde la última aparición de su madre en el recuerdo. En dos segundos que casi no se advierten, sus poros adquieren visión; ahora es ella y el mundo que gira, ahora es la multitud de su ausencia recorriendo todos los tiempos y cubriendo al viento que inútilmente trata de escapar, ahora es ella que despierta mientras los otros sueñan…

nora
2003
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